Si la el mal aliento se resiste a desaparecer, algunos remedios caseros pueden ayudar a mantener a raya:
- Después de cada comida, mastica un trozo de limón (con cáscara) durante unos minutos.
- Si no tienes la posibilidad de cepillarte los dientes tras la comida, al menos enjuágate la boca con agua, y masca después chicle sin azúcar.
- Toma de vez en cuando caramelos de menta (sin azúcar).
- No permanezcas mucho tiempo sin ingerir algún alimento; entre comidas puedes comer una manzana o una zanahoria.
- Prepara una infusión, hirviendo durante diez minutos una cucharada de hierbabuena en una taza de agua, y tómala después de comer.
- Al cepillar los dientes, no olvidar que también se deben cepillar las encías y la lengua, y reemplazar el cepillo con asiduidad (una vez cada mes o mes y medio).
- Pon a hervir varias ramitas de perejil con dos o tres clavos de olor enteros en dos tazas de agua. Revuelve la mezcla mientras se está enfriando, cuélala, y emplea el líquido para enjuagarte la boca varias veces al día.
- Masca unas ramas de apio de vez en cuando; el apio refresca la boca y combate el mal aliento.
- Además del perejil, hay otras muchas hierbas cuyas propiedades aromáticas las hacen idóneas para evitar la halitosis, como la menta, el eucalipto, el tomillo, la salvia o el romero. Puedes hacer infusiones hirviéndolas durante 15 minutos (una cucharada pequeña de cada una en una taza de agua) o mascar directamente algunas hojas.
- Si el mal aliento se debe a problemas digestivos, puedes emplear semillas de cardamomo (masticarlas lentamente después de la comida limpia la boca y elimina el mal olor de otros alimentos, aunque su sabor es bastante fuerte) o infusiones de hierbas digestivas como el hinojo, el poleo, el anís o la manzanilla.