Cuando somos pequeños aprendemos a percibir el mundo a través de nuestros padres, y debido a ello acabamos por heredar sus fobias y miedos, pues todo lo que ellos temen es interpretado como un peligro potencial. Ahora, un estudio publicado en la revista International Journal of Paediatric Dentistry ha demostrado estadísticamente que el miedo al dentista se transmite de padres a hijos.
Por eso, si te entran sudores fríos cada vez que piensas en el sillón del odontólogo, probablemente no serás el único de tu familia en tener esa sensación.
«Aunque los resultados deben tomarse con las debidas cautelas, los niños parecen atender fundamentalmente a las reacciones emocionales de sus padres para decidir si los eventos dentales son potencialmente estresantes», explica Lara Salcido a SINC. De esta forma, el padre puede mediar en la transmisión del miedo de la madre al hijo, ya que su reacción frente al dentista puede incrementar o reducir la ansiedad que experimenta el niño.
«De cara a la atención en la clínica odontologíca el trabajo con los padres es fundamental. Que los padres vengan tranquilos es tan interesante como procurar directamente que el niño se relaje», indica Salcido. «Por la vía del contagio emocional positivo en la familia se podría llegar a inducir en el niño el estado adecuado que facilite la atención dental».