- Con Agua
Quizá la manera más fácil y rápida de limpiarse la boca es coger un vaso de agua, darle un sorbo y enjuagarte la boca con ella. Esto arrancará parte de la suciedad que se engancha en los dientes y, al esculpirla, se llevará la placa dental con ella.
- Servilletas de papel
Si sientes que no basta con enjuagarte los dientes con agua pero no tienes muchos recursos rodea una servilleta de papel en tu dedo y utilízalo como cepillo dental. Evidentemente, esto no es igual de efectivo que un cepillo dental pero puede hacer parte de su trabajo para mantener los dientes mínimamente limpios hasta que puedas cepillártelos.
- Bicarbonato de sodio
Es un poco más complicado de conseguir, pero quizá lo encuentres a la mano. Antes de que existiera la pasta dental se utilizaba el bicarbonato de sodio para limpiarse los dientes. El bicarbonato lo mezclamos con un poco de agua y lo frotamos en los dentes. No te olvides de enjuagarte los dientes después e intenta no tragártelo. El bicarbonato de sodio también tiene propiedades blanqueadoras, de modo que ayudarás a que tus dientes sean más blancos.
- Hilo dental
Si bien es verdad que el hilo dental ya debe formar parte de tu rutina higiénica habitual, todavía es más importante en la ausencia del cepillo dental. Este hábito es ideal para eliminar os restos de comida y de placa que se quedan entre los dientes. También es aconsejable enjuagarte la boca con agua después.
La próxima vez que tengas una urgencia ya sabe varios métodos para limpiarte los dientes, pero no olvides cepillártelos en cuanto puedas ya que el cepillado dental es la mejor herramienta.