Chuparse el dedo es normal en los bebés y niños pequeños; pero cuando este hábito continúa en el tiempo puede originar complicaciones, por lo que es necesario corregirlo lo más pronto posible.
En los niños que utilizan chupón es más fácil quitar esta costumbre, ya que basta con quitarlo poco a poco, cosa que no puede hacerse con los dedos. Además, la consistencia dura del dedo, frente a la más flexible del chupón, hace que chuparse el dedo tenga peores consecuencias que el uso del chupón.
La aparición de problemas maxilofaciales, dentales y del lenguaje está en relación con la frecuencia, intensidad y tiempo de duración de este hábito, especialmente si se mantiene más allá de los 4 años de edad. Los principales trastornos que puede ocasionar son:
- Desplazándose la arcadas dentarias hacia delante la superior y hacia detrás la inferior.
- Mordida abierta (o anterior) debido a la falta de contacto entre los incisivos superiores e inferiores al morder.
- Deformación del paladar debido al empuje en dirección ascendente que produce la succión del dedo, el paladar modifica su forma haciéndose cada vez más convexo.
- Problemas en el desarrollo; la posición anómala de la lengua en relación al maxilar por la interposición del dedo hace que este no se desarrolle al mismo ritmo que el resto de macizo facial.
- Problemas de lenguaje; debido a la modificación de la situación normal de dientes, lengua y paladar, que son los elementos que intervienen en la fonación, la pronunciación de determinados sonidos dando lugar a dislalias. También puede ser posible el ceceo y el seseo.